EL LIBRO DE MIS NÚMEROS

Durante todo este trimestre se ha llevado a cabo un proyecto matemático de investigación al que hemos llamado “El Libro de Mis Números”, un trabajo que surgió para dar respuesta a la demanda de las propias familias. Éstas, en una reunión general que tuvimos a finales del trimestre anterior, solicitaban trabajo para casa relacionado con las matemáticas, así que aprovechamos la ocasión y les propusimos investigar sobre los números que forman parte de la vida de cada uno, ya que en realidad, es de esta forma como realmente cobran sentido las cantidades y operaciones matemáticas.
En definitiva se trataba de que, al mismo tiempo que los niños y niñas van aprendiendo los números, aprendamos también la utilidad que éstos tienen, y sobre todo, aprendamos a aprender. Es decir, que los niños y niñas conozcan diferentes documentos y textos sociales e instrumentos, que los incluyan en su vida, que sepan que contienen información, letras, cantidades, gráficas, estadísticas, etc. y como fin último, que al acostumbrarse a éstos, poco a poco, y cada vez más, sean más autónomos a la hora de aprender.
La calle y el número en el que vivo, nuestro número de teléfono y el de nuestros amigos y amigas, nuestra altura, la talla de ropa o número de calzado, las horas del reloj, los tickets de la compra, el peso de cantidades para hacer una receta de cocina, la matrícula de nuestro coche, el horario de apertura del supermercado, el calendario, el tiempo y orden de llegada en una carrera, el porcentaje de algodón de nuestras camisetas, los precios de los productos, el número en la pescadería, la fecha de caducidad, los códigos de barras, la información en los alimentos sobre cantidades de vitaminas que contienen, la dosis de jarabe que necesitamos según nuestro peso, la temperatura del día, tanto por la mañana como por la noche, la localización en el dial de nuestra emisora de radio favorita, la cantidad de litros de agua por metros cuadrados que ha llovido, las facturas (teléfono, agua, luz), partir el bizcocho y repartir caramelos en un cumpleaños…y un sinfín de etcéteras. ¿No os parece que estamos rodeados de muchísimas situaciones interesantes, matemáticas y lógicas, para aprender como para desaprovecharlas y gastar ese tiempo en repasar puntitos del 1 al 10? Este tipo de actividad podría servir para mejorar una grafía, pero desde luego, no para aprender matemáticas.
Pero los adultos no debemos darles el trabajo hecho. Debemos hacer que investiguen, que observen, que piensen, que deduzcan, que propongan, que relacionen, que interpreten, que se interesen, que se motiven, y debemos seguir provocando situaciones en las que todo este proceso siga en continuo funcionamiento. Desde la escuela lo seguiremos haciendo, porque creemos que éste es el camino para desarrollar las competencias, para conseguir un alumnado competente, y también desde aquí animamos a las familias a que sigan con esta dinámica, porque ésta es la forma en que mejor pueden ayudar a favorecer que sus hijos e hijas tengan mentes activas y despiertas.
Así pues, como tutora del grupo, mis felicitaciones a todas aquellas familias que han sabido entender esta filosofía de trabajo, y que han hecho este pequeño esfuerzo por acompañar a sus hijos e hijas en todo el proceso de investigación, porque quizás no sean muy conscientes de lo que enormemente han ayudado a éstos a aprender. Pueden sentirse orgullosas por el trabajo realizado conjuntamente con sus pequeños, y sobre todo, por haberse involucrado de principio a fin, ya que este interés que han mostrado ha tenido una repercusión eficiente en sus hijos/as, haciéndose notable en la dinámica de clase.